Hace poco me enseñaron que me habían llamado vendehumos.
Un amigo me lo pasó por whatsapp dándome la enhorabuena.
Y a mí me hizo mucha ilusión.
Por las características en común que he visto en los mayores vendehumos:
- Facturaciones muy altas.
- Tienen más clientes que la mayoría.
- No paran de hacer entrevistas en todos lados.
- Salen en televisión, radio, periódicos.
- Su negocio está en boca de todos.
- Son gente conocida y reconocida.
Y luego la gente que critica esto, que tienen también algo en común.
Y es que no tienen ninguno de los puntos anteriores.
Hoy todavía no he visto a una persona de éxito llamar vendehumos a otro.
Y conozco muchísima gente de mucho éxito.
¿Qué hago yo cuando alguien despunta?
¿Criticarlo? Por supuesto que no.
Normalmente comprar su curso, consultoría, conocerle…
Hagamos una lista de “vendehumos” de los que he comprado algo suyo.
O los he conocido, entrevistado o quedado con ellos para aprender.
Roberto Gamboa, Grant Cardone, Franck Scipion, Alfonso y Christian, Euge Oller, Luis Criptospain, Robert Kiyosaki, Soma, Borja Giron, Romuald Fons, Tony Robbins, Isra Bravo, Monge Malo, Nudista investor, Maider Tomasena, Dean Romero….
Podría seguir pero creo que ha quedado claro.
Y atiende porque esta lección es muy importante.
Para tener éxito, lo que más me impulsó fue ver qué hacía la gente exitosa.
Y hacer lo mismo que ellos.
- Con sus clientes.
- Con sus negocios.
- Con sus casos de éxito.
- Con sus rutinas y su vida.
- Con su mentalidad.
- Con sus inversiones.
Un día con 24 años escuché que el éxito era replicable.
Yo no tenía nada, solo muchas ganas de comerme el mundo.
Nada más.
Indefenso, sin tener ni idea de cómo se hacían las cosas.
Regalaba mi tiempo y mendigaba clientes por ahí.
Lo mío no era cobrar poco, eso era prácticamente pr0stituci0n
Y por supuesto ahí nadie me llamaba vendehumos.
Fue cuando mis negocios fueron haciéndose más y más conocidos.
Y cuanto más dinero ganaba, más vendehumos me llamaban.
Y cuando llegué a la cima del vendehumismo fue cuando lo peté en redes.
Me dijeron que no tenía casas, que mi hotel no era mío, que el coche tampoco.
Lo entiendo, porque en la mentalidad de un hater le jode.
Pero la clave no es odiar, sino copiar el éxito.
En mi camino copiando a la gente más exitosa, vi una constante en todos los ricos.
Las casas. Las malditas casas. Y tenía sentido claro:
- Si no quieres depender de un trabajo.
- Si quieres ganar más cada día.
- Si quieres ingresos seguros paralelos a tus otras fuentes de ingreso.
- Si quieres tener la tranquilidad de un ingreso extra.
- Si no confías en la jubilación en este país corrupto.
- Si crees que no hay nada más seguro que una casa para invertir.
- Si quieres conservar mejor tu dinero.
Si ya te has dado cuenta de esto, entonces ya has hecho lo más complicado.
El mejor negocio del mundo son los inmuebles.
Y es eso lo que explico en mi curso.
Todo lo que aprendí hackeando el éxito y cómo aplicarlo.
Puedes comprar o no, eso es cosa tuya.
Lo que sí te recomiendo es copiar a los que tienen éxito si tu también quieres tenerlo.
Y si quieres el camino rápido, yo te explico cómo hacerlo invirtiendo:
Deja tus datos en el formulario de abajo para saber dónde comprarlo.